
El apóstol asesino
Pedro Pablo Nakada Ludeña, es un asesino, mató a sangre fría a más de 20 personas en el valle de Huaral y sus alrededores…todos con un disparo certero en la cabeza. Se hace llamar el Apóstol, un soldado de Dios, armado con una 9 milímetros, cazador de pecadores.
Desde el año 2004 cadáveres aparecían en la penumbra del norte chico, todos al parecer casos aislados, victimas de hampones en busca de unos cuantos billetes, caminar por Huaral ya no era seguro.
La madrugada del 17 de diciembre la madre de Nazario Tamariz Pérez, recibió la peor noticia de su vida… Eran las 7 de la noche cuando el joven profesor regresaba de la chacra junto a su mejor amigo Dirier Zapata. Horas después, ambos cuerpos fueron encontrados por unos vecinos a escasas cuadras.
Los cuerpos de los jóvenes habían sido saqueados, les robaron las billeteras, los celulares, reloj y zapatillas…Eso valían las vidas de Nazario y Dirier.
De hecho, la increíble historia que el Apóstol narra es de tal sordidez y desgarro que podría hacernos creer que es cierto, que su violencia sanguinaria es producto de una locura marcada por el duro trance de una niñez que no repara en contar.
En su historia familiar según contó en el peritaje psicológico realizado por la policía relata el suicidio de una hermana esquizofrénica y la adicción a las drogas de un hermano…La locura del apóstol, realidad o acaso la estrategia perfecta para su defensa y convertirse en inimputable.
A mediados de diciembre el personal policial a mando del comandante Percy Manchego, comisario de Huaral, había atado cabos suficientes como para relacionar las últimas muertes… Con esos datos, un equipo de investigación de la Dirincri a cargo del mayor Víctor Revoredo, se trasladó a Huaral.
La mañana de Navidad, el 25 de diciembre, sus últimas víctimas aparecieron en una descampado, se trataba de dos indigentes, uno llamado Agustín Maguiña Oropeza y el otro sin identificar..
El 28 de diciembre, fue el último día de libertad para Pedro Pablo, la policía lo capturó en el centro de la ciudad. El apóstol intento huir, lejos estaba dios para llenarle de balas la cacerina….
Lo que el tono dramático de Pedro Pablo Nakada Ludeña no explica bien es porque a todos y cada uno de los que asesino también robó, sustrajo joyas, dinero, autos, moto taxis… En el taller donde fue sorprendido, se encontraron auto partes y placas robadas y en otro lugar un par de autos robados a la espera de ser desmantelados.
Lo que el Apóstol no aclara es quienes son los hombres que lo acompañaron en sus crímenes y que hoy felizmente se encuentran detenidos.
El peritaje psicológico de la policía concluye que Pedro Pablo Nakada no presenta trastornos psicológicos o déficit cognitivo que le impidan percibir y evaluar adecuadamente la realidad. Es decir el Apóstol tenia la capacidad de premeditar y calcular cada uno de sus crímenes para luego desaparecer la evidencia.
Esta será la principal arma para que la fiscalía pida caiga sobre él todo el peso de la ley.
Pasara tiempo para que en huaral se cierren las heridas del terror sembrado por Pedro Nakada, tal vez ese momento no llegue nunca para estas mujeres y los deudos de inocentes victimas de esta ahora leyenda negra el Apóstol de la muerte.
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