En el Perú solo el 25% de las aguas que salen de las casas son tratadas, el resto va a parar a los cuerpos de agua, sean ríos, lagos o mares, afectando el medio ambiente y la salud de las personas.
“Cuando las aguas servidas llegan a los cuerpos de aguas le quinta la capacidad que tienen para oxigenarse y las contaminan con carga microbiológica y parasicológica, entonces el agua se convierte en un vehiculo de transmisión de enfermedades” afirmó en Salud en RPP Magaly Guevara Directora de Saneamiento Básico de DIGESA.
Mientras se instalan más plantas de tratamiento de aguas residuales, nuestro deber es preocuparnos porque el agua que sale de las casas llegue lo menos contaminadas al medio ambiente. Una forma de contribuir es teniendo cuidado con lo que arrojamos a los desagües.
“No deben arrojarse a los desagües desechos sólidos, porque pueden obstruir las redes de alcantarillado y generar atoros, tampoco sustancias como solventes, ácidos corrosivos, pinturas, colilla de cigarrillos, grasas, entre otros, porque dificultan el tratamiento en caso que las aguas residuales sean tratadas o son mas difíciles de disolver en el medio ambiente”.
Un caso usual es el aceite de las frituras de los alimentos que se arroja a los desagües, solo 3 cucharadas contamina mil litros de agua. Por ello no se debe arrojar el aceite que queda en la sartén por el fregadero, es mejor limpiarla con un papel toalla y luego echarla al tacho de basura.
Lima produce 14 metros cúbicos de aguas residuales por segundo y solo un 11% de ellas son tratadas, el resto va directamente al medioambiente.
Desde nuestras casas podemos contribuir a evitar un mayor impacto ambiental si tenemos cuidado con lo que arrojamos a los desagües.
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