
Un emotivo reencuentro con sus familiares, entre gritos, aplausos y desmayos, tuvieron ayer, a su llegada al puerto del Callao, los seis pescadores que permanecieron perdidos durante 34 días, y que a pesar, de que ya eran dados por muertos confirmaron que continuarán con sus faenas de pesca porque el mar es nuestra vida. Los más felices fueron los familiares, quienes viajaron desde Chancay para recibir a los tripulantes de la bolichera Valerie Melissa II que fue ubicada por el barco panameño Jane IV a 450 millas a la altura del puerto de Pimentel y a 600 millas del Callao. Tras abrazarse a su madre, José Anaya Madrid (16) aseguró que no dudará en volver a salir de pesca. Si no me pasó nada ahora, ya no creo que suceda después, enfatizó el tripulante de la bolichera Valerie Melissa II. Oswaldo Cóndor (28) no pudo contener la emoción al ver a su esposa, Liz Calderón, y a su hija de tan solo dos meses y medio, mientras Juan Céspedes (21) confirmó que la desesperación cundió entre los náufragos que lucían delgados y algo deshidratados. Durante las primeras horas todo era broma y hasta el séptimo día era normal. A los 10 días estábamos preocupados pero después de 15 días existía desesperación, unos lloraban y otros cantaban, relató al tiempo de señalar que Dios existe.Por la noche, en la Plaza de Armas de Chancay, las autoridades ediles y el pueblo recibieron como héroes a sus vecinos pescadores.
Los náufragos son: Oswaldo Cóndor, John Quineche, Héctor Parihuamán, Juan Céspedes, Segundo Mendoza y José Anaya.
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